Ana

Hola. Hay personas que asocian el glamour a una especie de frialdad de trato y a una manera de comportarse un tanto altiva y lejana hacia los demás. Me llamo Ana, soy una joven española a la que le encanta disfrutar de la vida y de sus más sensuales experiencias, y, sinceramente, creo que si el glamour parece frío es solo porque no es auténtico glamour. Para ser verdadero, lo glamuroso debe ser cercano y debe llevar consigo una elegante pero nada desdeñable carga de ardor y de pasión. Una persona en verdad glamourosa debe poder llegar a los demás como si fuera una caricia, una brisa de aire, un beso. Ése es el glamour que yo defiendo y ése es, creo, el que me caracteriza. Por eso las experiencias que se viven conmigo son siempre diferentes.

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